Una Posible Anexión de Haití

Hoy día vemos que el mundo está cada vez más globalizado, vemos con mayor frecuencia a las fronteras como separaciones artificiales obsoletas, y podemos llegar a pensar que el próximo paso sería unir a los países en bloques socioeconómicos/militares cada vez mayores, como el caso de la Unión Europea, o una posible Unión Norteamericana. Sin embargo, en los últimos años hemos visto países nacer (como Sudán del Sur), o naciones que buscan independencia y soberanía (por ejemplo los referéndums pro-independencia de Cataluña, Escocia y Quebec).

Entonces, debemos aceptar que el mapa político cambia con el tiempo, la Federación Rusa anexionó a la República Autónoma de Crimea, territorio de Ucrania, convirtiéndose en el primer país en anexar territorio de un país soberano desde el fin de la Guerra Fría. La última vez que un país anexó en su totalidad a otro país fue la República Federal de Alemania, que absorbió todo el territorio de la República Democrática de Alemania en 1989, tal evento es considerado una anexión, debido a que la Alemania actual es considerada una continuación de la Alemania Occidental, no su estado sucesor.

La Hispaniola, isla que comprende a los países soberanos de la República Dominicana y la República de Haití, se ha visto en un dilema similar desde hace décadas. Es un rumor común en el pueblo dominicano que fuerzas extranjeras desean la unificación de la isla. Algunos proponen una federación (un gobierno central y estados menores con leve autonomía), otros sugieren una confederación (unión territorial, militar y económica, con mayor autonomía para los estados confederados), pero la mayor propuesta es la unificación total de la isla bajo un gobierno central.
La Hispaniola. WKM

Antes de discutir los beneficios y costos, es bueno poner en perspectiva la situación de la isla.

Haití ha sido consistentemente uno de los países más pobres de todo el hemisferio occidental. Su gobierno es inestable (los golpes de estado eran tan frecuentes, que la solución fue desmantelar a las Fuerzas Armadas). Su economía es pobre (70% de la población es pobre, mayormente rural, no hay infraestructura importante, la mayoría del comercio es informal, la agricultura es de subsistencia, la mitad de su riqueza es ayuda extranjera, dependen del turismo, remesas, y zonas francas). Sus índices sociales dejan mucho que desear (la riqueza, educación, y seguridad ciudadana promedio están en el suelo). Haití logró su independencia hace más de 200 años, pero Francia no aceptó la independencia de su colonia más productiva, así que les ordenó pagar lo que hoy llamamos la “Deuda de Independencia”, ascendente a cerca de US$22 mil millones, que terminaron de pagar en 1947, 122 años después. El presidente Aristide exigió a Francia en 2003 el pago de esta deuda, alegando que la deuda de independencia es la razón de por qué su país es pobre, y que la deuda era injusta en primer lugar. Esta controversia es comúnmente conocida como la razón de por qué Francia y EEUU apoyaron el golpe de estado contra el presidente Aristide.

Quisqueya, la República Dominicana, es generalmente considerado un país pobre, aunque tiene la mayor economía de Centroamérica y el Caribe. El gobierno dominicano se ha mantenido estable desde el fin de las dictaduras hace unas décadas, con transiciones pacíficas y sin conflictos mayores. La economía es pobre, pero está en desarrollo (40% de la población es pobre, se encuentra en industrialización leve producto de la inversión extranjera, tiene sectores firmes como las telecomunicaciones y banca, las zonas francas son importantes para la creación de empleos, pero depende en gran parte de la agricultura, minería, turismo y remesas). Sus índices sociales han mejorado en los últimos años, tras cambios políticos.

En conjunto, la isla tiene una historia complicada. La República Dominicana consiguió su independencia de Haití tras una larga guerra, y fuimos usados como colonias, países con recursos naturales abundantes, y nuestras economías se basaban en extraer esos recursos y enviarlos a países industrializados. A inicios del siglo pasado, nuestras sociedades eran similares, Haití exportaba madera y Quisqueya exportaba azúcar, Haití tenía una mayor población y una mayor economía, pero Quisqueya tenía la inversión continua de EEUU. Para 1947 nuestras sociedades empezaron a cambiar. Haití recién terminó de pagar su deuda de independencia, y el progreso se desaceleró bajo el mando de dictadores. Quisqueya prosperó al mando de dictadores, usando un modelo de Importación por Sustitución de Importaciones, para lograr mayor autosuficiencia en la isla. Durante las últimas décadas del siglo XX, República Dominicana se erigió como la nación más poderosa en la isla, y hoy en día la economía dominicana es 8 veces mayor a la haitiana, a pesar de tener una población ligeramente menor. Esto ha causado un éxodo masivo de haitianos al lado oriental de la isla, y tras el terremoto que destruyó Puerto Príncipe, la diáspora haitiana aumentó masivamente, lo cual ha renovado las rivalidades entre los pueblos dominicanos y haitianos.

Una posible unificación de la isla tendría un gran impacto.

Ambas economías dependen de la extracción de recursos naturales, turismo y remesas. Unificar a Haití, que es el ganador en esta propuesta, traería un aumento en las oportunidades de empleo para millones de haitianos que podrían emigrar al lado oriental, que está más desarrollado. Lo único que ha evitado que Santiago y Santo Domingo reciban 1 millón de haitianos cada una en menos de 6 meses es la frontera, que aunque puede ser cruzada con sobornos, detiene a muchos de los inmigrantes ilegales.

La superior capacidad productiva de la República Dominicana se enfrentaría de un día a otro, a un aumento de la población en un 100%, pero con una economía que crecería en un 10%. Esto traería un colapso total del salario promedio de la isla, debido a que habría mucha menos riqueza, diluida entre una enorme cantidad de trabajadores. Quisqueya tiene una tasa de desempleo alta, la tasa de NINI (NEET en inglés) es 25%, y es mayor en Haití.

Un menor salario en el sector privado es la razón principal de por qué muchos empresarios apoyan la unificación. Un menor salario en zonas francas y la consecuente devaluación de la moneda son las principales razones por las cuales fuerzas extranjeras apoyan la unificación, tal cambio haría a la isla competitiva debido a sus bajos salarios en comparación a otros en la región. Pero eso implica que para que la economía no colapse, los salarios deben mantenerse bajos, lo cual no ayuda mucho al ciudadano promedio.

Haití, tras décadas de vivir libres e independientes, tras años de recibir apoyo por parte de todo el mundo, se mantiene estancada, con una economía que no se desarrolla y una población que sólo quiere escapar, debido a que no quedan recursos naturales por explotar y la gravísima fuga de cerebros a otros países con mayores oportunidades. Haití no puede competir contra la República Dominicana, es inferior en todas las medidas. Unir la isla crea infinitas posibilidades a la clase pobre haitiana, sacrificando a la clase media dominicana, todo para el beneficio de la clase alta en ambos lados.

Por eso la unificación es ridícula, sólo uno de los países gana, a costa del país con la economía mayor. Esta es citada como una de las razones más importantes en contra de la unificación de Corea, la sociedad surcoreana es tan avanzada en comparación a sus hermanos del norte, que una unificación sería una pérdida neta para Corea del Sur, durante décadas.

Pero hay otra opción: Anexión.

Un término que pocos usan, ya que implica un cambio en una enorme escala. Una anexión se da cuando un país absorbe territorio de otro país, y lo gobierna como otra de sus entidades sub-nacionales. Por ejemplo las mencionadas anexiones de Crimea por parte de Rusia o Alemania Oriental por Alemania Occidental.

En estos casos no hay unificación, los habitantes y la economía de los territorios no se ven como iguales. Alemania Occidental se adueñó de toda la capacidad productiva de Alemania Oriental, toda su infraestructura, toda su economía y sus instituciones. Rusia hizo lo mismo en Crimea.

En casos como estos, los problemas que trae una unificación no existen: no hay igual representación entre el territorio anexado y el mayor, y quien anexa a otro territorio tiene, temporalmente, un control absoluto de la zona anexada. Al día de hoy, podemos notar las diferencias en la sociedad alemana que una vez vivió en la República Democrática. Tienen menos prosperidad que la región antes llamada Alemania Occidental. Esto se debió en mayor manera a que Alemania buscó la prosperidad en todas las regiones siguiendo las mismas reglas, sólo proveyendo programas de seguridad social para los habitantes de la zona anexada. Todo el capital se fue al oeste, y la población del este debió competir directamente contra nuevos ciudadanos más prósperos, y mejores educados.

Esto no tiene que pasar en La Hispaniola. Una anexión de Haití por parte de la República Dominicana no tiene que ser una copia de la alemana, no serviría de mucho quitarles todo a los haitianos y dárselos a unas familias ricas en este lado. Eso sólo traería que la clase media dominicana crezca a un ritmo más lento, debido a que tendrá que competir con la menor, pero aún influyente, clase media haitiana, hasta lograr la paridad.

Lo correcto sería anexar Haití, no bajo la presión de EEUU o Francia, sino bajo términos dominicanos. Esto implica que los dominicanos aceptaríamos cargar con los haitianos y aceptaríamos la tarea de apoyarlos en su desarrollo, lo cual puede dar un duro golpe a la economía dominicana. Pero esto último puede evitarse tomando en cuenta unas cosas:

Primero: Apropiación por parte del estado de todas las empresas en Haití, así adueñándonos de toda capacidad productiva.

Segundo: Una nueva Constitución, que garantice la igualdad entre dominicanos y haitianos bajo una misma identidad: Quisqueyanos, por ejemplo (República de Quisqueya suena bien). Por cierto, es necesario crear una nueva identidad cultural. Mantener la diferencia legal entre dominicanos y haitianos traerá segregación, y considerando que Haití tiene más del 50% de la población de la isla, es cuestión de tiempo antes que exijan independencia una vez más. Quitarles todo para luego discriminarlos traerá problemas que son fáciles de evitar. Una constitución que respete a la cultura de cada país pero promueva un patriotismo a la isla evitaría conflictos mayores debido a que seríamos iguales ante la ley, aunque no en términos de prosperidad. Una nación anexada debe empezar desde cero.

Tercero: Incautar la riqueza de la oligarquía haitiana. No tiene que ser todo, pero sólo 80 familias controlan el 90% de la economía haitiana, de las cuales 6 controlan más del 60%. Invertir ese capital en la infraestructura necesaria en Haití. Esto evitaría el problema del financiamiento con el presupuesto dominicano. Con una infraestructura urbana similar a la dominicana, puede avanzarse al próximo paso.

Cuarto: Industrialización por sustitución de importaciones. La isla tiene mucha más gente de la que la economía puede soportar. Nuestra población creció durante décadas más rápido que nuestra economía, lo cual trajo un cada vez mayor número de personas desempleadas. Un modelo económico que promueva la creación de empleos en industria y servicio en lugar de agricultura aumentaría los salarios de todos en el país. La prosperidad conjunta ayudaría a aceptar el nuevo orden y evitaría las revueltas. Tal política debe mantenerse al menos durante 3 gobiernos seguidos.

Quinto: Programas sociales para todos. Después y sólo después que el gobierno haya promovido la creación de empleos, puede pensarse en programas de seguridad social, y otras inversiones en la nación. Lo primero para que el pueblo esté calmado, es que tenga su comida segura. Ya luego, el gobierno puede darse el lujo de meterse en inversiones más arriesgadas.

By: Mintaka